03 marzo 2006

Cuando Félix Mendelssohn visitó Inglaterra en 1846 tuvo una audiencia privada con la reina Victoria. Ella le contó al compositor que le gustaban mucho sus canciones y le preguntó si podía cantarle su favorita, Italien, de su colección Op.8. Después que la reina la cantó, Félix admitió que la obra no era de él sino de su hermana Fanny.

Fanny nació en una próspera familia judía en Hamburgo y era nieta del filósofo Moises Mendelssohn. Recibió su formación musical inicial de su madre y, como su hermano menor, estudió composición con Zelter, quien le dio a conocer la música de J.S.Bach. Desde temprana edad su talento musical fue evidente y pronto recibió el apoyo de su familia. Sin embargo, sus logros fueron limitados debido a la actitud existente entonces contra las mujeres que asumían roles profesionales en la música.

Fanny también encontró un apoyo en su hermano, quien motivaba sus aventuras creativas y constantemente le ayudaba en asuntos musicales. Por otro lado, su esposo, el artista Wilhelm Hensel, colaboró con la compositora para que su música llegara a ser publicada. Sin embargo, las obras de Fanny se enfocaron al salón familiar donde se realizaban semanalmente veladas musicales que atraían a importantes personajes de la cultura local.

Precisamente a través de algunas canciones y obras de cámara Fanny pasó a la posteridad. Sus canciones son comparables con las mejores creaciones en el género, mientras que sus piezas instrumentales pudieron ejercer cierta influencia sobre su hermano, sobre todo sus Canciones sin Palabras para piano.

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